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Al borde de un fracaso moral catastrófico 

Isaac Cruz Pardo

Laboratorios y patentes: Al borde de un fracaso moral catastrófico

“Cada uno de nosotros es culpable

ante todos, por todos y por todo.”

  1. Dostoievski

“Debo ser franco, el mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico y el precio será pagado con las vidas de los países más pobres”, sentenció el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom.[1] Sus palabras hacían referencia a la enorme desigualdad en la distribución de las vacunas contra el Covid-19. En menos de un año, varias vacunas han sido desarrolladas y han comenzado a distribuirse. Sin embargo, la forma en la que se distribuyen actualmente supone otro gran peligro de salud global. Los países ricos reciben rápidamente vacunas, mientras que las naciones con ingresos bajos no reciben ninguna. El nuevo reto para solucionar a corto plazo la catástrofe del Covid-19 es acelerar la capacidad de fabricación de medicamentos cruciales para salvar vidas y un cambio en las cadenas mundiales de suministro de medicamentos.[2]

El 15 y 16 de octubre de 2020, India y Sudáfrica presentaron ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) una iniciativa para suspender temporalmente las patentes de las vacunas contra el coronavirus, con el fin de agilizar y facilitar su producción en todo el mundo. Las naciones no lograron un consenso sobre la exención de la propiedad intelectual de los antígenos, pero acordaron continuar el debate para garantizar el acceso a medicamentos y vacunas a escala mundial. Pero ¿qué tienen que ver las patentes en esta lucha contra el Covid-19? En otras palabras ¿cómo la exención de los derechos de propiedad intelectual de las vacunas disminuiría el desequilibrio en su acceso? Liberar las patentes evitaría que las grandes multinacionales farmacéuticas impongan restricciones o precios inaccesibles a países en desarrollo.

Las patentes son derechos de exclusividad de fabricación y de comercialización que poseen los inventores de determinados productos por un cierto tiempo. De acuerdo con la OMC, “las patentes conceden a sus titulares los medios jurídicos de impedir que otros fabriquen, usen o vendan la invención durante un período limitado de tiempo, con una serie de excepciones”.[3] Por lo tanto, la exención temporal de las patentes supondría que los laboratorios compartieran la fórmula química que utilizan para producir la vacuna. De este modo, los gobiernos y otras empresas podrían producirlas. Las compañías farmacéuticas defienden el régimen de patentes porque, según ellas, son un incentivo para la investigación y el desarrollo científico. Sin embargo, varios teóricos en justicia en salud global han argumentado que las patentes, al imponer barreras legales adicionales al acceso universal de medicamentos, exacerban el problema del acceso a tratamientos asequibles en el mundo.[4]

Liberar las patentes evitaría que las grandes multinacionales farmacéuticas impongan restricciones o precios inaccesibles a países en desarrollo. Esto se debe a que, al contar con la exclusividad de los derechos de propiedad intelectual, pueden elevar los precios libremente o exigir a los clientes que acepten condiciones desfavorables. Las compañías incurren en estas prácticas para incrementar sus ganancias y deslindarse de obligaciones legales en caso de incumplimiento. Baste, como ejemplo, el caso de la compañía Aspen, única empresa comercializadora en 2013 de 5 medicamentos para el cáncer: la compañía aumentó sus precios, y a los países que se negaron a pagar el incremento, les suspendió el suministro de estos fármacos. En el caso de la vacuna para la Covid-19, el laboratorio Pfizer exigió al gobierno argentino que le garantizara inmunidad jurídica en dicho país.[5] A pesar de la catástrofe que vivimos en todo el mundo, las farmacéuticas siguen incurriendo en prácticas de abuso con tal de incrementar sus ganancias.

El argumento común en contra de la liberalización de las patentes es que la exclusividad representa una compensación por sus esfuerzos y un incentivo para invertir e investigar. Si bien, las empresas han hecho inversiones importantes, también ha habido grandes sumas de dinero público invertido. De acuerdo con un estudio publicado por la BBC, las vacunas Moderna, Novavax y Cuervac han sido financiadas principalmente por recursos públicos. También es importante señalar que la cotización de las acciones de estos laboratorios ha tenido un crecimiento espectacular en lo que llevamos en pandemia.[6] Las compañías que más han ganado en el 2020 han sido Moderna y Novavax. El problema es que las vacunas no son como cualquier otro producto de consumo, la tecnología sanitaria no puede seguir al servicio del mercado, pues de ello depende nuestra vida y la de miles de personas.

El acaparamiento de vacunas por parte de algunos países es un problema que afecta a todos. Lo expuesto en líneas anteriores es solamente una de diversas formas en que los grandes intereses económicos se imponen sobre el interés y bienestar general. Por esta razón es de vital importancia que las organizaciones civiles, los periodistas, los educadores  y todas las personas nos mantengamos atentas sobre este asunto y, sobretodo, que exijamos a los gobiernos que tomen medidas en vista del bien común. Una vez más, la vida nos impone preguntas en torno a nuestros valores supremos. Si nos cruzamos de brazos seremos cómplices de un sistema que legitima la muerte en silencio, si nos cruzamos de brazos caeremos en el abismo de un fracaso moral catastrófico.

[1] La Jornada, “Fracaso moral catastrófico en distribución de vacunas: OMS”, 19 de enero de 2021, https://www.jornada.com.mx/notas/2021/01/19/politica/fracaso-moral-catastrofico-en-distribucion-de-vacunas-oms/

[2] Lisa L. Ouellette, Nocholson Price, Rachel Sachs y Jacob Sherkhow, “How can the US address coronavirus drug shortages?”, Bill of Health, 8 de abril 2020, https://blog.petrieflom.law.harvard.edu/2020/04/08/coronavirus-drug-shortages-us/.

[3] Organización Mundial del Comercio, “Los ADPIC y las patentes”, septiembre de 2006, https://www.wto.org/spanish/tratop_s/trips_s/factsheet_pharm01_s.htm#patentright

[4] Thana C. de Campos-Rudinsky, “Intellectual property and essential medicines in the COVID-19 pandemic”, International Affairs, Vol. 97 (2020): 523.

[5] Los Angeles Times, “Argentina: exigencias de Pfizer para vacunas son inaceptables”, 15 de diciembre de 2020, disponible en https://www.latimes.com/espanol/internacional/articulo/2020-12-15/argentina-exigencias-de-pfizer-para-vacuna-son-inaceptables

[6] Ariel Méndez, “Farmacéuticas se vacunan en bolsa”, El Economista, 30 de noviembre de 2020, https://www.eleconomista.com.mx/mercados/Farmaceuticas-se-vacunan-en-Bolsa-20201130-0103.html