La debacle republicana y el futuro del consenso estadounidense.

El pasado ocho de marzo el senador senior de Missouri, Roy Blunt, miembro del liderazgo republicano, anunció que después de 25 años en el capitolio se retiraría y no buscaría su reelección en el 2022. Al anunciar su retiro, el senador conservador se uniría a otros cuatro senadores que se retirarían ese año, con dos más viendo eso como una posibilidad. El éxodo de senadores republicanos puede parecer, en primera instancia, el resultado lógico su edad pues varios son septuagenarios. No obstante, en un cuerpo legislativo cuya edad promedio de liderazgo es de 70 años la edad no suele ser un problema. El aparato institucional del senado, es uno que conserva una gran cantidad de incentivos para que sus miembros busquen apegarse a sus asientos. Esto, sumado a los largos periodos a los que son electos, prácticamente garantiza que quienes entren permanezcan en él o busquen permanecer en él por tiempos extendidos de tiempo o de por vida (Por ejemplo, Dianne Feinstein, de California, y Don Young, de Alaska, son los miembros de mayor antigüedad del legislativo ambos con 87 años). De ahí que sea tan extraño que un grupo de senadores decida, tan abruptamente, salir del cuerpo en conjunto.
El quiebre en el senado de la antigua guardia republicana no se da en un vacío. Sucede a la luz de varios problemas que el electorado estadounidense, en general, y la base republicana, en particular, enfrentarán en los años venideros. Para comenzar, las elecciones pasadas mostraron la ineficiencia de la actual coalición republicana. La perdida de apoyo al partido en los suburbios mostró que hay un juego de suma cero entre la base Trumpista, que les permitió quebrar el muro azul en el 2016, y los suburbios que habían sido fundamentales para su éxito en el pasado y de cuya perdida Biden se benefició. Si bien es cierto que se presentaron resultados relativamente óptimos para el GOP en las elecciones pasadas, también lo es que el partido en su máxima expresión —ya que quebró records de financiamiento y de votos, con 74.2 millones— fue incapaz de conservar dos instituciones cuya estructura les favorece (el colegio electoral y el senado). Al rechazo electoral del GOP se suma el rechazo de las bases a su liderazgo tradicional; quienes no perdieron elecciones, renunciaron (formaron grupos disidentes, aunque ineficientes, como el Lincoln project) y el resto tuvo que adaptarse, se trumpificó.
A la crisis electoral que está enfrentando el partido republicano, se suma una crisis de legitimidad dentro del partido exacerbada por dos motivos; la llegada de Donald Trump hace unos años y su salida tan disruptiva. Si bien, en términos prácticos, las políticas impulsadas por Trump en el poder no desviaron mucho del consenso neoliberal, sí lo hicieron en términos discursivos.[1] El consenso que había existido en el establishment republicano seguía la línea impulsada desde la era Reagan. El cual se sostenía con base en tres postulados, la reducción drástica aparato gubernamental (la noción de que las palabras más atemorizantes son: Soy del gobierno y vine a ayudar),[2] la política exterior agresiva y la guerra cultural (visible en la racialización del discurso negativo sobre los beneficiarios de programas sociales, como la Welfare Queen). De los tres, Trump abandonó dos que habían formado parte esencial del consenso abrazado por ambos partidos: la política exterior de halcón y el adelgazamiento de la estructura gubernamental (Insisto, nueva y principalmente en el discurso). Al final abrazó en su totalidad la última columna, la única activamente popular en la base republicana, la guerra cultural.
Los cinco senadores que, hasta ahora, han anunciado su retiro resaltan del presente momento por su pertenencia ideológica a ese consenso bipartidista. Los cinco entran en la categoría del conservador tradicional que logró llegar al poder de la mano ideológica de Reagan. Cuatro de ellos respaldaron las movilizaciones neo-conservadoras en torno a la invasión de Iraq (uno de ellos, aún no llegaba al senado) y los cinco votaron en favor de un fuerte uso bélico en varios momentos de su cargo.[3] Asimismo, en materia del déficit, los cinco se mantuvieron en la línea homologa de un republicano tradicional. Abogaron en favor de la priorización arbitraria de una línea imaginaria del presupuesto, al mismo tiempo que buscaban reducir el cobro de impuestos y defendían la idea del trickle down economics, mientras promulgaban la austeridad como panacea de los males sociales.[4] Durante el periodo de W. Bush ellos fueron los líderes de un partido que logró quebrar con la categoría de la eterna minoría, con su coalición no solo se conquistó la presidencia, sino que también el senado y la cámara de representantes (que en algún punto llevaba en las manos demócratas por casi 18 términos).[5]
La argumentación en torno al éxito de ese molde republicano es clara; no solo por su llegada a la mayoría legislativa (en múltiples ocasiones), sino que también por su fuerte presencia en la minoría y su capacidad de dictar la narrativa incluso en un contexto de desventaja institucional (siendo responsables de muchos dolores de cabeza para la administración de Obama)[6]. Es innegable que su historia por mucho tiempo fue marcada por éxitos (por más negativos que estos hayan sido para la población en general). Hasta que un día, simplemente, dejaron de serlo. La guerra cultural que por algún tiempo se habría disuelto en una batalla económica en contra de la población más marginalizada habría dejado de bastar para justificar las Reaganomics.
Ahora, con la llegada de un presidente rompe moldes y una pandemia que exigía acción gubernamental, se fracturó el consenso bipartidista y no se hizo de buena voluntad. Si bien Trump tomó fuertes posturas cercanas a un neoliberalismo tradicional (como políticas anti-sindicales, recortes gigantescos de impuestos a las personas más ricas y la oleada grande de nominaciones corporativistas),[7] lo hizo a la par que volvía costoso tomar esas posturas abiertamente. Lo anterior sumado a las condiciones especiales impulsadas por la pandemia, forzó a las figuras más importantes del partido a cambiar sus propuestas. Ahora, con la presencia de un problema carente de soluciones individualizantes, la presencia gubernamental se convirtió en condición sine qua non. Tanto así, que personajes cercanos a ese mismo establishment se vieron forzados a adaptarse o morir. Ideas que antes parecían inconcebibles, como dar dinero universal sin ningún requerimiento, pasó de ser algo solamente solicitado por el hombre de paja encarnado en la Welfare Queen a una propuesta cuya gran popularidad terminó girando el control en el senado (los ya famosos cheques de estímulo). La pandemia forzó a una gran cantidad de cambios en el zeitgeist estadounidense, sacó a un presidente de la casa blanca y forzó a su sucesor, cabeza de una de las instituciones históricamente más adversas a si mismas, a expandirse en una medida no vista desde Lyndon B. Johnson.[8] El Estado ya no es el enemigo.
Los cinco senadores de un inicio representan un molde conservador que, simplemente, ya no es viable en Washington y el quiebre de Trump con esa élite tradicional solo llegó para sembrar el último clavo. Sin embargo, como se comentó anteriormente, la base movilizada por el ex presidente no satisface los votos necesarios para devolver al poder al partido de Reagan. Lo anterior sumado a las tendencias demográficas que han favorecido a los demócratas por ya varios años (y se mostraron con fuerza las pasadas elecciones en Georgia y Arizona),[9] pone al GOP en una posición similar a la que se encontraron los cinco senadores que han decidido partir. Ante la ahora constante amenaza de devolver al partido del elefante a su posición histórica de perpetua minoría, este se queda con pocas opciones. Las opciones impulsadas por esta oleada de cambios se han visto con un fuerte apoyo popular y un nulo apoyo de los republicanos en el congreso, quienes se han decidido concentrar en un intento de guerra cultural. La efectividad de esta estrategia queda en velo, pues mientras eso sucede, los demócratas parecen bien posicionados para mejorar —drásticamente— las condiciones materiales de los gobernados (gracias al abandono de las Reaganomics) y Trump, por sí solo, no pudo ayudar su caso.[10] Ahora, si en algún momento el GOP quiere volver al poder solo le queda una solución, o se adaptan o se mueren.
Backover, Justin. “Sen. Pat Toomey Says Climbing Federal Budget Deficit Something That Needs to Be Watched.” WFMZ-TV, August 30, 2019. https://www.wfmz.com/news/sen-pat-toomey-says-climbing-federal-budget-deficit-something-that-needs-to-be-watched/article_9210df44-144a-5a5b-bcb7-bd0eacf3c2af.html.
Bunch, Will. “How the GOP Blew Its Chance at a 2022 Working-Class Coalition in Just 10 Hours, 43 Minutes | .” The Philadelphia Inquirer, March 7, 2021. https://www.inquirer.com/opinion/commentary/republican-party-no-votes-covid-relief-middle-class-20210307.html.
Eaton, Sabrina. “Sen. Rob Portman Stands by His 2002 Vote for the Iraq War – Cleveland.Com.” Cleaveland dot Com, June 11, 2019. https://www.cleveland.com/open/2015/12/sen_rob_portman_stands_by_his.html.
Horsey, David. “Demographic Trends Favor Democrats, but GOP Could Still Win in 2016 .” Los Angeles Times, April 23, 2015. https://www.latimes.com/opinion/topoftheticket/la-na-tt-demographics-favor-democrats-2016-20150422-story.html.
Mann, Thomas E. “The Permanent Minority Party in American Politics.” The Brookings Review 6, no. 1 (March 20, 1988): 33–38. http://www.jstor.org/stable/20080013.
Michael Grunwald. “The Victory of ‘No’ .” Politico Magazine, December 4, 2016. https://www.politico.com/magazine/story/2016/12/republican-party-obstructionism-victory-trump-214498/.
Milanovic, Branko. “Trump as the Ultimate Triumph of Neoliberalism | Global Policy Journal.” Global Policy Journal, May 14, 2020. https://www.globalpolicyjournal.com/blog/14/05/2020/trump-ultimate-triumph-neoliberalism.
Moseley, Brandon. “Shelby Proposes a Balanced Budget Amendment.” Alabama Political Reporter, March 20, 2021. https://www.alreporter.com/2021/03/19/shelby-proposes-a-balanced-budget-amendment-2/.
On The Issues. “Pat Toomey on War & Peace.” On The Issues, February 6, 2021. https://www.ontheissues.org/International/Pat_Toomey_War_+_Peace.htm.
———. “Richard Burr on War & Peace.” On The Issues, July 17, 2020. https://www.ontheissues.org/International/Richard_Burr_War_+_Peace.htm.
———. “Richard Shelby on War & Peace.” On The Issues, July 17, 2020. https://www.ontheissues.org/international/Richard_Shelby_War_+_Peace.htm.
———. “Roy Blunt on War & Peace.” On The Issues, July 17, 2020. https://www.ontheissues.org/International/Roy_Blunt_War_+_Peace.htm.
Portman, Rob. “Portman: President’s Budget Promised Big Deficit Cuts, But New CBO Analysis Shows That’s Not the Case.” Rob Portman Press release, April 18, 2014. https://www.portman.senate.gov/newsroom/press-releases/portman-presidents-budget-promised-big-deficit-cuts-new-cbo-analysis-shows.
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Sammon, Alexander. “Federalize It, Joe Biden .” The American Prospect, March 21, 2021. https://prospect.org/health/federalize-it-joe-biden-welfare-programs-medicaid/.
Stein, Jeff. “Biden Stimulus Shows New Era of Politics – Ω.” The Washington Post, March 7, 2021. https://archive.is/HtqgR.
[1] Milanovic, “Trump as the Ultimate Triumph of Neoliberalism | Global Policy Journal.”
[2] Reagan, “News Conference | The Ronald Reagan Presidential Foundation & Institute.”
[3] On The Issues, “Roy Blunt on War & Peace”; On The Issues, “Pat Toomey on War & Peace”; On The Issues, “Richard Burr on War & Peace”; On The Issues, “Richard Shelby on War & Peace”; Eaton, “Sen. Rob Portman Stands by His 2002 Vote for the Iraq War – Cleveland.Com.”
[4] Backover, “Sen. Pat Toomey Says Climbing Federal Budget Deficit Something That Needs to Be Watched”; Moseley, “Shelby Proposes a Balanced Budget Amendment”; Portman, “Portman: President’s Budget Promised Big Deficit Cuts, But New CBO Analysis Shows That’s Not the Case.”
[5] Mann, “The Permanent Minority Party in American Politics.”
[6] Michael Grunwald, “The Victory of ‘No’ .”
[7] Milanovic, “Trump as the Ultimate Triumph of Neoliberalism | Global Policy Journal.”
[8] Sammon, “Federalize It, Joe Biden ”; Stein, “Biden Stimulus Shows New Era of Politics – Ω.”
[9] Horsey, “Demographic Trends Favor Democrats, but GOP Could Still Win in 2016 .”
[10] Bunch, “How the GOP Blew Its Chance at a 2022 Working-Class Coalition in Just 10 Hours, 43 Minutes | .”