Libertad obligada: Francia y el control por las universidades

Hace unos días la ministra de educación superior en Francia, Frédérique Vidal, anunció que el Centro nacional para la investigación científica haría una revisión de los trabajos de investigación de las universidades en el país.[1] La revisión tiene por objetivo determinar la cercanía de estas instituciones educativas con el islamo-izquierdismo, el más reciente enemigo de la extrema derecha en Francia y del gobierno en turno.[2] Esta nueva iniciativa resulta problemática en más de un sentido: primero, propone buscar la presencia del islamo-izquierdismo en investigaciones científicas cuando no existe una definición real, o científica, para esta corriente[3]; en segundo lugar, denota la islamofobia estructural en el país; y finalmente, hace exigencias a la ciencia que son completamente irracionales, es decir, exige que la ciencia tenga completa concordancia con valores nacionales.
Para propósitos del texto propongo un enfoque en las exigencias que hay para la ciencia –especialmente para las ciencias sociales– en términos de su validez y su objetividad.Como ya lo había mencionado, el islamo-izquierdismo carece de una definición formal y ha sido señalado más bien como una conceptualización de un enemigo invisible en miras de las siguientes elecciones en Francia.[4] No obstante, la idea de que el enemigo se encuentra en algunas teorías sociales no es nueva. En un discurso del año pasado, Macron identificaba a la teoría crítica de raza, género y el postcolonialismo como los elementos más identificables en el islamo-izquierdismo, o bien, en una amenaza para la identidad republicana. De acuerdo con el presidente francés y su gabinete, estas teorías tienen dos problemas: primero, llevan a que lxs ciudadanxs franceses de ascendencia no-europea vean su identidad republicana con desdén y segundo, son teorías originarias de Estados Unidos, es decir teorías importadas que nos se adhieren a la realidad social francesa.
La creación ficticia de los dos problemas –que han llevado al gobierno francés a invertir en centros de estudios Islámicos siempre y cuando se adhieran a los valores republicanos[6]– conceptualizan a las ciencias sociales como elementos de propaganda, que a conveniencia se pueden adherir, o no, a valores específicos y que además no son trasladables geográficamente. Parece ser que la idea de que las teorías sociales no son –o no deberían– ser trasladables geográficamente no es una idea ajena a muchos oficiales de gobierno, no sólo en Francia, sino en todo el mundo. Esta idea deriva de la conceptualización que existe sobre las ciencias sociales o las humanidades. Disciplinas que son regularmente entendidas como ciencias blandas que están condicionadas por el lugar y el momento en el que se crean.
En muchas ocasiones, el concepto de ciencias blandas deriva de una concepción binaria de las ciencias que resulta poco productiva. Por un lado, es cierto que las ideas sociales se pueden entender de mejor manera si se comprende también su contexto específico. Es decir, efectivamente resulta útil saber que la teoría crítica de raza o la teoría de género tiene gran predominancia u origen en Estados Unidos y que, en gran medida, estas ideas surgen como respuesta a represiones específicas en el país. Pero, por otro lado, al estudiar esas ideas en sí mismas valdría notar que estas tienen inspiración en teorías de sociólogos franceses, como Pierre Bourdieu, por ejemplo. Es decir, las ideas nacen en ciertos contextos, pero es imposible que estas sean producto de una generación espontánea, sino que más bien, se apoyan unas en otras. Las ciencias sociales se crean en contextos temporales y geográficos específicos y trabajan bajo paradigmas que igualmente están delimitados temporal y geográficamente. Pero la ciencia tiene también un espíritu que, en esencia, busca trasladar y compartir ideas de la forma más universal posible.
De esa forma, sería catastrófico señalar que muchas teorías pierden su validez sólo por su origen. Más aún porque muy probablemente el gobierno francés no tuvo una discusión epistemológica interna antes de anunciar la inversión a los centros de investigación Islámicos de manera condicionada. Las iniciativas del gobierno francés vienen de inquietudes electorales y la estigmatización de la comunidad musulmana en Francia. El daño que la investigación propuesta por Vidal tendrá sobre la autonomía de las universidades y la libertad para hacer investigación social podría ser muy grande. El conocimiento, esté o no de acuerdo con los ideales de la república francesa, es válido y aún si no lo fuera, la geografía tiene poco que ver en ello. Es importante que el gobierno francés detenga su ataque contra la autonomía de la ciencia y la comunidad musulmana.
[1] Ishaan Tharor, “France and the spectral menace of ‘Islamo-leftism’” The Washington Post, 21 de febrero de 2021. https://www.washingtonpost.com/world/2021/02/22/france-macron-islamo-leftism/
[2] Esa es una distinción, que para algunos carece de sentido. La hago para fines prácticos.
[3] Centre national de la recherche scientifique, “Islamo-leftism” is not a scientific reality” Institutional Matters, 17 de febrero de 2021. https://www.cnrs.fr/en/islamo-leftism-not-scientific-reality-0
[4] France 24, “French academics blast minister’s warning on ‘Islamo-leftism” 17 de febrero de 2021. https://www.france24.com/en/france/20210217-french-academics-blast-minister-s-warning-on-islamo-leftism
[5] La transcripción del discurso en el que se hacen estas declaraciones se encuentran en: https://www.diplomatie.gouv.fr/en/coming-to-france/france-facts/secularism-and-religious-freedom-in-france-63815/article/fight-against-separatism-the-republic-in-action-speech-by-emmanuel-macron
[6] La transcripción del discurso completa se encuentran en: https://www.diplomatie.gouv.fr/en/coming-to-france/france-facts/secularism-and-religious-freedom-in-france-63815/article/fight-against-separatism-the-republic-in-action-speech-by-emmanuel-macron