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Perspectiva verde en un recuento del 2020

María José Padilla Soberón

Con la entrada del año nuevo, no es sorpresa encontrar que la mayoría de las personas hagan un recuento de lo que significó el año anterior y de lo que se puede esperar para el año entrante. Los recuentos del año comúnmente abarcan temas diversos: desde las mejores películas del año hasta los peores memes políticos. Aquí, proponemos un recuento del año 2020 en términos climáticos. Si bien un análisis de esa naturaleza puede arrojar resultados que son, en el mejor de los casos, contradictorios, el recuento nos permite también vaticinar el desarrollo de las acciones para combatir el cambio climático para el próximo año.     

                                                                                                                 

 A primera vista, en términos ambientales, una serie de eventos ha presentado un panorama que no es especialmente esperanzador. El año comenzó con una serie de incendios en Australia cuya intensidad había sido vista muy pocas veces anteriormente. Los incendios fueron no sólo agravantes para la catástrofe climática a la que nos enfrentamos, sino que su gravedad puede ser explicada también a raíz del cambio climático. Aunado a ello, la crisis económica derivada de la pandemia de la COVID-19 ha provocado que la inversión en combustibles fósiles aumente considerablemente mientras que las inversiones de combustibles que generan bajas emisiones de CO2 han disminuido.[1] Además, el Tren Maya, impulsado por el gobierno de México o la fuerte iniciativa de Brasil para aumentar la deforestación en el Amazonas[2] son reflejo de la falta de compromiso de algunos mandatarios y sus gobiernos hacia el medio ambiente.                                                                                                                                                                                                                                                   

A pesar de las malas noticias que 2020 nos ha traído en términos climáticos, no todo nos debería despojar de esperanza. Por un lado, el compromiso y reconocimiento del cambio climático y la necesidad de acción inmediata por parte de países como Nueva Zelanda, que ha declarado un estado de emergencia climática[3], nos enseñan que es posible que los gobiernos creen e implementen respuestas eficaces. Por otro lado, el compromiso que anunció China para reducir sus emociones de carbón para 2060, al cual le siguió Japón [4], vaticina también un futuro con más acciones concretas para proteger al planeta y a quienes lo habitan.                                                                                                                                                                                                                                          

Debemos recordar que 2020 también marca en 5º aniversario de los Acuerdos de París. El aniversario permite analizar y rectificar las políticas de los Estados que conforman los acuerdos, pues, al momento, los objetivos para reducir las emisiones de CO2 han sido insuficientes.[5] Además, resulta también positiva la promesa de EE. UU. de reintegrarse a los acuerdos tan pronto como Joe Biden tome posesión, especialmente si consideramos que el país representa una parte importante de las emisiones de CO2.                                                                                                                                                                                                                                                 

2020 ha sido, en general, un año complicado; el planeta y su condición no son excepciones. No obstante, es posible que 2021 traiga consigo políticas más positivas. Es vital que los países –que aún no lo han hecho– transformen sus políticas energéticas y económicas para que sean sustentables y se alineen a un futuro efectivo y viable para el planeta. Además, es necesaria una respuesta y acción por parte de las industrias que cuentan con una responsabilidad importante sobre emisiones de co2 y contaminación de recursos. Salvar al planeta es una tarea que sólo se puede llevar a cabo a través de una respuesta conjunta, y sobre ello, 2021 carga una gran responsabilidad.

[1] Harvey, Fiona. “UN secretary general urges all countries to declare climate emergencies” The Guardian 12 de Diciembre de 2020.  https://www.theguardian.com/environment/2020/dec/12/un-secretary-general-all-countries-declare-climate-emergencies-antonio-guterres-climate-ambition-summit#:~:text=Governments%20around%20the%20world%20should,a%20summit%20of%20world%20leaders.&text=Guterres%20said%20on%20Saturday.,urge%20all%20others%20to%20follow.%E2%80%9D

[2] Amnistía Internacional. “Brasil: La aceleración de la deforestación de la Amazonía, consecuencia directa de las políticas de Bolsonaro” 2 de diciembre de 2020. Disponible en:

https://www.amnesty.org/es/latest/news/2020/12/brazil-accelerating-deforestation-of-amazon-a-direct-result-of-bolsonaros-policies/

[3] Taylor, Phil. “New Zeland declares Climate Emergency” The Guardian 2 sw diciembre de 2020. https://www.theguardian.com/world/2020/dec/02/new-zealand-declares-a-climate-change-emergency

[4] McCurry, Justin. “Japan will become carbon neutral by 2050, PM Pledges” The Guardian 26 de octubre de 2020. https://www.theguardian.com/world/2020/oct/26/japan-will-become-carbon-neutral-by-2050-pm-pledges

[5]Harvey, Fiona. “US to hold world climate summit early next year and seek to rejoin Paris accord” The Guardian. 14 de diciembre de 2020. https://www.theguardian.com/environment/2020/dec/14/us-to-hold-world-climate-summit-early-next-year-and-seek-to-rejoin-paris-accord