Un esbozo: El panorama económico 2022
La recuperación económica de la pandemia ha seguido un ritmo acelerado durante los primeros meses de apertura gradual en distintas regiones del mundo, sin embargo, la aparición y subsecuente propagación de nuevas variantes aunada a los problemas de distribución y otros factores se han traducido en una notable desaceleración. Entrado el 2022 resulta importante observar las perspectivas para el presente y siguiente año en materia económica, así como las dificultades a las que se enfrentan las diferentes regiones del mundo.
Los pronósticos del Fondo Monetario Internacional se ha centrado en un cambio a la baja en el crecimiento mundial que para 2021 se situó en 5.9% para quedar en un 4.9% para 2022. Mientras que el Banco Mundial en su informe sobre perspectivas económicas estima un 5.5% y un 4.1% respectivamente, y para 2023 prevé un crecimiento de 3.2%. De manera similar los diferentes pronósticos son consistentes en esta desaceleración que se ha comportado de manera diferente en los países desarrollados cuyas principales problemáticas giran entorno a os problemas de suministro y las economías en desarrollo que enfrentan problemas derivados de la propagación de nuevas variantes y de problemas dinámicos a consecuencia de la pandemia. Es evidente que la discusión sobre qué políticas son adecuadas se ha acentuado y el margen de maniobra es cada vez más reducido. Las decisiones que se tomen durante el próximo año resultarán de suma importancia no sólo para el futuro inmediato sino que tendrán implicaciones directas en la economía mundial, la desigualdad, y el bienestar de la población.
Otra cuestión relevante es que en el mundo posterior a la pandemia enfrentaremos problemas acentuados por la misma. Desde los inicios de la crisis sanitaria era evidente la relación de la misma con las desigualdades, observábamos las enormes brechas que cobraban la vida de las personas con menores ingresos y pocas capacidades para hacer frente a la crisis y el aumento en la riqueza de los multimillonarios y las élites privilegiadas. En este contexto y a fecha de 2022, de acuerdo con el reporte Las desigualdades matan de OXFAM con motivo de la Agenda de Davos del Fondo Económico Mundial, se estima que las diez fortunas más grandes del mundo durante la pandemia han crecido a un ritmo de 15, 000 dólares por segundo, 1, 300 millones de dólares al día mientras sabemos que hoy se contabilizan 160 millones de han caído en la pobreza. ¿Qué tan grande es esa brecha? Bueno, si ese reducido grupo perdiera el 99.999% de su riqueza aún estarían por encima del 99% de la población mundial. Sin mencionar las implicaciones apabullantes de la crisis sobre la desigualdad hacía las mujeres, la desigualdad racial y la crisis climática cuyos principales responsables son ahora más ricos y poderosos que nunca.
La concentración de riqueza que ya venía mostrando signos alarmantes es obscena. A pesar de las recomendaciones del FMI y de la OCDE ningún país se ha puesto en marcha para implementar impuestos sobre la riqueza. Es importante porque esta recuperación no será una recuperación para todos. Se trata de una elección, de elegir la desigualdad. Se trata de elegir políticas y legislaciones que sistémicamente contribuyen a aumentar las desigualdades existentes. Haber desaprovechado una oportunidad de oro, dado que si una pandemia global no llevó a replantearse el modelo económico actual y las problemáticas sociales, difícilmente algo lo logrará.
“La pandemia ha sacado a la luz la codicia y las oportunidades económicas y políticas que han convertido estas desigualdades extremas en un instrumento de violencia económica” declaraba con motivo del informe Gabriela Bucher, directora ejecutiva de OXFAM Internacional. Los estudios y los informes parecen no encontrar receptores en las altas cupulas encargadas de implementar las decisiones capaces de generar un cambio. Los millones de gritos y suplicios no entran en los oídos de nadie, no llegan a escuchas ocupados con el ruido de sus ganancias, a nadie le interesa en el caos y la velocidad de un mundo enajenado. Mientras quienes conscientes de la gravedad de los problemas parece que sólo pueden sentarse a observar como el mundo se destruye. En la literatura de Juan Carlos Onetti el autor crea la figura del indiferente moral, un tipo de personaje que parece emanar naturalmente de un entorno corrompido, donde impera la impunidad, la violencia, la desigualdad y la injusticia, donde la vida se desarrolla en circunstancias terribles. Un tipo de personaje que acaba por sentirse ajeno a los problemas de su entorno. No se enfrasca en discusiones, ni en debates políticos e ignora su responsabilidad ciudadana. Convencido de que aquella es una batalla perdida y por lo tanto elije no darla.
Referencias.
– Banco Mundial, “Perspectivas económicas 2022”, Disponible en: https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/36519/9781464817601.pdf
– Fondo Monetario Internacional, “Informes de perspectivas sobre la economía mundial”, Disponible en: https://www.imf.org/es/Publications/WEO/Issues/2021/10/12/world-economic-outlook-october-2021
– OXFAM, “Las desigualdades matan”, Disponible en: https://oxfamilibrary.openrepository.com/bitstream/handle/10546/621341/bp-inequality-kills-170122-es.pdf;jsessionid=47C8DD5CB4E91880FC73032AC77B85FA?sequence=5